Despacio, con movimientos lentos, acompasando la respiración, inicio el ritual. Lleno el espacio con la luz de las velas, el aire lo empapo de inciensos, la lluvia mece mis sentidos. Dejo que las gotas resbalen por mi cuerpo. Su humedad me abriga, guardando en retales el olor primitivo. El vapor me envuelve en calor.
Ella espera, detiene los momentos, relame sus deseos, sus oídos se agudizan, y la paciencia se consume en su fuego. Intenta contener en muros de papel los anhelos dormidos. Los minutos se vuelven tortura, lo segundos se burlan y la ausencia del contacto la consume.
Camino descalza a su encuentro, aviva sus ojos, humedece sus labios en una invitación, la provoco, y ella suspira. Se desliza, retuerce los sueños, y los destila por los poros. Su ser se derrama en la blancura de unas sábanas cómplices. Apuesta en firme, ofrece todo lo que encierra y grita a la nada que esconde.
Mis manos se posan, desfiguran la silueta que me enloquece. Abrazo mi instinto, se deja hacer. Cierra sus ojos y se entrega, detiene el reloj, y siente. Acalla lo gemidos en mi piel, entierra tus dedos en mis pliegues. Convulsionan sus ríos, desborda su ternura dejando trazos de sosiego en la batalla de la necesidad y el placer. Me inundo en su calidez y claudico a sus encantos…
Ella espera, detiene los momentos, relame sus deseos, sus oídos se agudizan, y la paciencia se consume en su fuego. Intenta contener en muros de papel los anhelos dormidos. Los minutos se vuelven tortura, lo segundos se burlan y la ausencia del contacto la consume.
Camino descalza a su encuentro, aviva sus ojos, humedece sus labios en una invitación, la provoco, y ella suspira. Se desliza, retuerce los sueños, y los destila por los poros. Su ser se derrama en la blancura de unas sábanas cómplices. Apuesta en firme, ofrece todo lo que encierra y grita a la nada que esconde.
Mis manos se posan, desfiguran la silueta que me enloquece. Abrazo mi instinto, se deja hacer. Cierra sus ojos y se entrega, detiene el reloj, y siente. Acalla lo gemidos en mi piel, entierra tus dedos en mis pliegues. Convulsionan sus ríos, desborda su ternura dejando trazos de sosiego en la batalla de la necesidad y el placer. Me inundo en su calidez y claudico a sus encantos…
12 comentarios:
Niña, esto si es calidez. Bello!
Un beso desde aquí.
Eso de detener el reloj, que bien suena!!!!!
Besos!!!!!!
...me suena esa complicidad...es tan maravilloso sentir eso con alguien...pero cuando se pierde...duele tanto...que incluso corres el riesgo de morir...
ainsss, por favor... si eres capaz de hacer todo lo que dices y de esa forma... tiene que ser una gozada disfrutar de ti en la intimidad...
besos melosos...
Devolviendo visita, me pongo a leerte. Un saludo.
Blau, siempre en conexión baby, que preciosa palabra la calidez y la candidez...
Besos
Belén, que momento cuando detienes el reloj y te olvidas de respirar...
Besos preciosa...
:o)
Arcademonio, nada como la complicidad entre dos seres que desean...
Besos.........
Toatoa, me estas sacando los colores...
Ainssssssssssss........
Besos guapa
Blasfuemia, gracias por la visita....
Espero que te guste la estancia...
Besos........
...
Que cosas tienes mi Hada!
Y no voy a decir mas...
:-)
De acuerdo?
Publicar un comentario