...bebiéndote...

La quietud se poso en el resquicio de tus líneas. Te recoges el pelo, se desviste tu nuca, entorno mis ojos, me muerdo el labio inferior. Ligeros movimientos de un lado a otro dejando que los retales que te cubren desdibujen tus curvas para volver a marcarlas. Envidia de ser el mechón azabache que cae acariciando tu rostro inocente. Recatados rayos se van colando entre tu cabello, dando un toque angelical a la mirada del pecado.

Sigilo en mis pasos, acercarme para caer en barrena borracha de fluidos colmados de aromas. Copas llenas y al trasluz el brillo de tu sonrisa, rendida al influjo de tus lunáticas manías. Degustando con calma medida cada bocado que mezclas con alevosía. Momentos suspendidos en las gotas que se deslizan suaves, mojando tus labios, humedeciendo tu boca para saciar tu garganta. Una punzada de soberbia atraviesa mis poros, ser el líquido con cuerpo y textura de seda, ser la calma de tu sed, la leña que arde en tu hoguera, el aire que besa tus rincones, la frescura que acaricia las llamas de este fuego.

Mis dedos difuminan afluentes en tu lienzo, surcos que se escurren por tu altivo mentón, rodando alegres por tu cuello, acelerando impetuosos la conquista de tus montañas,dejando brillos en los contornos erizados, hasta que lento convergen en tu valle formando la cascada de licor que se entremezcla con tu esencia. Apuro el instante, se encadenan los deseos, y mi agonía muere bebiendo en el cáliz de tu cuerpo el néctar que destilas....