...provocando...

Agita su cuerpo, lo arquea con fuerza mientras con la mirada busca a quién inflige el castigo. Las pupilas se dilatan, labios entreabiertos, súplicas que se estrellan en la oscuridad. Relame sus labios, sabor a miel con textura de hiel. Jadea, aire que abrigue su pecho, que lo envuelva. La frescura recorre sus piernas, aprieta los muslos, las barreras de la contención flaquean. Vestigios de los diques, de las murallas infranqueables. Arrasada por el volcán que se derrama quemando la piel. Ni vencedora ni vencida.


El anhelo rebosa osado en su vientre. Late con ímpetu el deseo adherido al placer de sentir. Las caderas bailan. Busca la fricción, el calor, y se retuerce con el vacío. Sabe que esta cerca, bebe su aliento, se embriaga con susurros.
Deliberando el momento, aletargando las caricias, apenas perceptibles. Se mezclan las bocas, y la humedad se funde. Inventando un lenguaje, secretos encerrados esperando ser liberados. Florece, al compás que se desborda, no hay retorno, se abre el suelo bajo sus pies, se quiebra. Los besos se suceden, la necesidad de abrazarse, de seguir bailando hasta el amanecer. El mar de sensaciones las cubre, viste con gotas los poros. La espalda se estremece, claudica, mientras ella clava sus uñas entre sus pliegues…