...contraluz...

Luz que impregna sus poros, el calor recorre la piel, con sutiles roces la estremece, dejando la huella del rojo sobre la blancura que escondía bajo sus ropas. Libre, siente, baila con el viento, nadie la mira, solo ella y el momento. Desnuda besa la madera que la sostiene en vertical, gira atravesando el aire, se abraza a su frescura, la brisa la acaricia erizando su cuerpo. Con sus dedos dibuja sus líneas, juega con los ángulos que quieren ser, rectos, llanos, obtusos, agudos. Contorsionista del instante, desafiando a la gravedad que muere por atraparla para probar su sabor. Destila la esencia, se empapa de sí misma, bebe de su placer, desafía a la perfección con sus puntos de inflexión. La cordura se mezcla con los besos de la locura. La humedad se muestra latente. La laxitud abraza con fuerza la agitación de lo sublime, la espera agoniza con el deseo. Cuelga las emociones, quiere saborearlas a fuego lento mientras sus labios se entreabren. Despacio, el tiempo ha suspendido su andar. Ella fluye, se diluye entre los retales que arden bajo la intensidad. Gira sobre sí misma, eleva su ser, lo viste con sus manos, lo arrebata al precipicio, y queda sentenciada…