...osadía...

Sombra en tu andar cotidiano, agua que sacia tu sed, luz que alumbra tus pasos, lecho dónde dejas tus sueños. Mi piel, puerto dónde los anhelos sucumben al calor. Las espinas de hielo se derriten en mi fuego.

Aprendiz en tu maestría de amar, besar, abrazar, acariciar y sentir. Te miro con el corazón, y me alimento de ti, tus sonrisas adornan mis días. De brazos abiertos me esperas cada tarde, corro a tu encuentro, te beso con la calidez de la ternura, templando los movimientos desnudo nuestras almas.

Insomne en las noches que arden entre las sábanas los deseos inclementes, sentirte respirar dentro de mí, alcanzar la plenitud a golpe de pasión desbocada. Creando con las manos la belleza que no existe, barro fresco que transforma los momentos, colgando en cada suspiro el miedo a despertar en tu ausencia, con tu olvido. Tus caricias, látigos de placer que flagelan mi ser.

Susurro que calma tu inquietud, palabra que encierra tu esencia, melodía que acuna tu pensamiento, cuerpo que se entrega. Reflejo a contraluz, pliegue sobre pliegue en tu laxitud, marea en este océano de emoción, llenado y vaciando el todo que quiere ser nada.

Brillo que despunta al amanecer, luna que besa a su amante. Mi boca muere en tu cuello y mis labios renacen en tu sabor. Me encuentro en ti, me pierdo en mí. Porque contigo soy la pureza que se funde en tu osadía.